viernes, 17 de mayo de 2024

¿Que es orar?

v     Orar no es solo pensar en Dios; eso es igual a encasillar a Dios en nuestro pensamiento; haciéndole a imagen y semejanza nuestra. Yo soy el creado a imagen y semejanza de El y no lo contrario; cabe la imagen agustiniana  de aquel niño que juega en la playa intentado meter en un pozalito el mar, sin duda lo que había es el pozalito era el mar pero “no la totalidad del mar”. Valga también aquel viejo refrán “De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso”; y la sublimidad no puede menos que quedar ridícula al tratar de meterla en nuestro pobre pensamiento.

v     Se trata de conversar con Dios, como un amigo o una persona a la que se le tiene mucha confianza. Si seguimos este ejemplo. Cuando buscamos a alguien para contarle nuestras al mismo tiempo buscamos a alguien que nos de consejo, que sea discreto, o que no le vaya a nadie con el chisme, es decir a un amigo.


v     Por ello mismo es que se dice que orar es muy humano, porque solo ora el que es capaz de sentir. La oración no se hace para aprender a decir palabras bonitas, demostrar que soy un hombre o una mujer muy devota, se hace para satisfacer una necesidad, puede que al momento de orar no tenga nada que decir,  eso no importa “mi mejor amigo y yo podemos estar haciendo algo o haciendo nada, y son embargo la pasamos muy bien”.


v     Muchas veces, nos preguntamos ¿cual el la mejor forma de hacer oración?, ¿cual es el método o la formula? La verdad es que la raíz de la oración esta en uno mismo. Tiene que ver mucho con tener conciencia de con quien estoy conversando, y que es lo que estoy buscando, identificar si la persona con la que hablo es Jesús u otro pequeño ídolo que se adapta mejor a mi: este segundo tiende a distraerme, me da sueño,… y otra vez “de escuchar”.



jueves, 6 de octubre de 2011

Características de la Espiritualidad Ignaciana

La Compañía de Jesús, posee unas características propias de la Espiritualidad Ignaciana, que se pueden resumir así:



1. Buscar y hallar la voluntad de Dios sobre mi vida.
 No lo más perfecto objetivamente, sino lo que Dios quiere de mí.

2. Ensanchar el corazón a las dimensiones del mundo, pero aterrizando en lo concreto para no perderme en vaguedades o en ideales irrealizables.

3. Conocer mi realidad lo más ampliamente posible. De ahí, mucho examinar cada situación y también examinarme.

4. Discernir, a la luz de la oración y de la razón iluminada por la fe, cómo puedo mejorar esa realidad para hacerla más evangélica.

5. Encontrar a Dios en todo lo creado, siendo contemplativos en la acción o unidos con Dios en la acción.




sábado, 1 de octubre de 2011

Crimen organizado, neoliberalismo y desarrollo

La semana pasada, por primera vez Estados Unidos incluyó a El Salvador y a Belice en la lista de países considerados importantes para el narcotráfico. Las autoridades norteamericanas informaron que ambos eran los únicos países de Centroamérica que faltaban en dicha lista. En honor a la verdad, este hecho no hace sino constatar la sospecha de que el crimen organizado ha penetrado desde hace algún tiempo en diversas estructuras de los Estados centroamericanos. El istmo es un territorio estratégico porque se sitúa entre el principal productor mundial de cocaína y el principal consumidor. Centroamérica es, entonces, el corredor natural para hacer llegar la droga desde donde se produce hasta su principal mercado. En dicho trayecto, el narcotráfico va desparramando sus males entre nuestras sociedades a la vez que genera narcoempleos muy rentables. Es cierto que hay que actuar contra quienes producen y/o facilitan el traslado de la droga, pero todos sabemos que estos esfuerzos serán infructuosos si no se hace nada en el país donde más se consume. Es decir, mientras haya demanda de la droga, siempre habrá quien esté presto a ofertarla. Por ello, Estados Unidos debería autoenlistarse en el puesto número uno de la “lista negra” —como ellos le llaman— de países consumidores de droga.
Por supuesto, esta realidad no exime a El Salvador de las responsabilidades que le atañen por su participación en este mal social. El narcotráfico requiere de una red muy compleja de participantes, que abarca desde los grandes capos de cuello blanco (generalmente, prominentes figuras públicas) hasta la gente que transporta, almacena, distribuye y vende la droga. El principal caldo de cultivo para la penetración del crimen organizado en un país es la pobreza de su gente, y en esta materia El Salvador está haciendo muchos méritos para ganarse un lugar entre los países donde los narcotraficantes han hincado pie.
Esta situación nos remite a un segundo hecho importante, ocurrido también la semana pasada. Tanto el Presidente como el Secretario Técnico de la Presidencia de nuestro país afirmaron, en medio de las fiestas patrias, que las extorsiones y el crimen organizado representan el mayor obstáculo para el crecimiento y el desarrollo económico de El Salvador. Todo apunta a que estas afirmaciones responden al estudio realizado conjuntamente por los Gobiernos de Estados Unidos y El Salvador en el marco del Asocio para el Crecimiento. En dicho estudio, la criminalidad aparece como la principal actividad que limita el crecimiento económico.
Pero una cosa es que la situación delincuencial sea uno de los dos problemas más sentidos por la población salvadoreña y otra muy distinta que sea la razón que evita el desarrollo. Sorprende sobre todo que sean autoridades de alto nivel las que hacen esta afirmación, que no refleja con fidelidad la situación salvadoreña. Al presidente Funes hay que recodarle lo que afirmó en su discurso del 15 de marzo de 2009, cuando se proclamó ganador de los comicios. En aquella ocasión sostuvo que el modelo implementado por Arena está agotado. Y es precisamente en esto donde radica el principal problema del país: durante décadas se siguieron a ciegas los postulados y recetas del neoliberalismo. Es el neoliberalismo y sus seguidores los que han concentrado la riqueza en pocas manos, aumentado la desigualdad y generado más pobreza, la cual, como dijimos antes, facilita la penetración del crimen organizado.
Así pues, hay que combatir con decisión, inteligencia y recursos el crimen organizado, pero no hay que olvidar que la delincuencia es, en buena parte, efecto del modelo que se ha seguido. Hay que generar empleo, crear oportunidades, mejorar el nivel de vida de la población para que la delincuencia deje de ser una opción atractiva. Y un paso firme en esa dirección es renunciar a las lógicas y políticas perniciosas del modelo que hasta el sol de hoy han seguido con devoción los Gobiernos salvadoreños. Solo con la implementación de otra forma de regir la dinámica económica y social del país podremos aspirar a reducir la criminalidad y salir de ese cada vez más largo listado de países aliados del narcotráfico

Lo politico, Lo público

La vida política, en su definición moderna, es la que tiene que ver con el gobierno del Estado, y por lo tanto, incluye también la militancia en los partidos que luchan por hacerse con el Gobierno. Para la política partidaria, la lucha por el poder y el deseo de servir son, a efectos prácticos, una misma cosa. Sin embargo, la realidad nos muestra que quien más ambiciona el poder no es el que más y mejor puede servir, sino el que quiere imponer sus intereses particulares o partidarios sobre el interés general. Ya Maquiavelo, en su momento, puso de manifiesto —en su obra El príncipe— cómo funciona realmente el poder cuando toda acción política está dirigida a la conquista y la conservación del mismo; para este fin, cualquier medio es válido. Es preciso entender, escribió Maquievelo, “que un príncipe, al menos el que accede por primera vez al poder, no debe proceder de acuerdo con lo que la gente considera correcto, porque en muchas ocasiones se verá obligado —a fin de asegurar su poder— a actuar en contra de la fidelidad, la misericordia, la compasión y la religión”. Por este tipo de postulados Maquiavelo ha adquirido mala fama. Pero, en realidad, en su obra él expone la política que vio y vivió: observa y describe un modo concreto y habitual de hacer política; sobre todo, de los gobernantes, en quienes la perversidad y la corrupción se juntan.
Este modo de proceder, que sigue presente en la política y en los partidos actuales, es una de las principales causas de que la confianza e interés en la política sean, por lo general, muy bajas y estén en erosión constante. Sin embargo, es indiscutible que la política como forma de ejercer el poder es necesaria, pero debe tener sus límites. Leonardo Boff nos dice en uno de sus escritos que todo poder debe estar sujeto a un control, normalmente regido por el ordenamiento jurídico, con vistas al bien común; debe venir por delegación, es decir, debe pasar por procedimientos de elección de los dirigentes que representan a la sociedad; debe haber división de poderes, para que uno limite al otro; debe haber rotación en los puestos para evitar el nepotismo (favorecer a familias o personas afines) y el mandarinismo (gobierno arbitrario); el poder debe aceptar la crítica externa, someterse a un rendimiento de cuentas y a la evaluación del desempeño de quienes lo ejercen; el poder vigente debe reconocer y convivir con un contrapoder que le obliga a ser transparente o a verse sustituido por él. A estos puntos nosotros agregamos que el recto ejercicio del poder pasa también por hacer de la política uno de los instrumentos idóneos para enfrentar el mal común y posibilitar el bien común; por ejemplo, enfrentar la pobreza estructural y dar paso a la justicia social. Estos límites y condiciones pueden ser un verdadero antídoto para el veneno que enferma a la política y la convierte en un modo de adquirir privilegios y ventajas, una forma de repartir los recursos del Estado, una forma fácil de vivir gracias a la rentabilidad económica y política que da el poder. Si se quiere dignificar la política, son necesarios estos límites.
Ahora bien, reconociendo que todo tiene una dimensión política en el sentido antes expuesto, no menos cierto es que lo político no lo es todo. Lo “público” es mucho más amplio y variado que lo que normalmente llamamos “lo político”, y está relacionado con el conjunto de bienes que van desde los naturales, pasando por los estrictamente económicos, hasta llegar a los de carácter ético, como la justicia, la verdad y la libertad. Pero lo público también puede estar representado por los males comunes que afectan a una colectividad; el hambre, la depredación, la pobreza, la impunidad y la violencia son algunos de los más graves. Asumir lo público con responsabilidad implica una actitud activa para conseguir el bien común y erradicar el mal común, y eso no puede lograrse sin la participación ciudadana. Pero para que esta sea cualificada y tenga incidencia en las transformaciones sociales, requiere de ciudadanos y ciudadanas que no solo estén atentos a las cuestiones públicas, sino también dispuestos a participar en los distintos ámbitos de la sociedad civil, de forma crítica, creativa y comprometida.
Crítica frente a la realidad política actual, que se acredita como democrática y que termina limitando la participación ciudadana al ejercicio del voto o la libre expresión, aunque se vote pero no se elija, y aunque no todos tengan igual acceso a los medios de comunicación. Creativos para poner límites a las desviaciones y perversiones del poder, pero también para cultivar relaciones solidarias, participativas y éticas en el mismo. Por ejemplo, participación ciudadana en la elaboración de presupuestos municipales, en la defensa del medio ambiente, en la democratización de los partidos políticos, en la defensa y promoción de los derechos humanos, en la lucha contra la partidocracia, en el esfuerzo por recuperar la política como vocación, en la búsqueda de justicia, en la cultura de la rendición de cuentas, en el cumplimiento del derecho al acceso a la información pública, entre otros. Y comprometidos con el ejercicio del poder participativo y solidario como instrumento de las transformaciones sociales; con la vigencia de los derechos humanos sin olvidar la responsabilidad de los deberes; con la justicia global para que sea posible la familia humana.
La necesidad de que haya ciudadanía plena responde a uno de los planteamientos principales de la democracia radical (profunda): “política” no es solo ni principalmente lo que hacen los políticos, sino lo que hacen los ciudadanos y ciudadanas cuando se preocupan y ocupan de lo público para que sea un lugar de justicia, de inclusión y de responsabilidad ética. Cuando esto ocurre, lo político se enfrenta a un verdadero contrapoder que pone límites y evita abusos; contrapoder que deriva de la ciudadanía consciente y organizada. El movimiento de los indignados es un ejemplo de fermento esperanzador del accionar público.

Cuestiones de Derecho

La semana pasada los periódicos informaron sobre algunos hechos internacionales que merecen ser comentados. El primero de ellos, muy positivo, es el apoyo que verbalmente se le ha dado, incluso a nivel presidencial, a la solicitud de los palestinos de ser reconocidos como Estado de pleno derecho, en un territorio que incluiría las zonas ocupadas por Israel después de la guerra de 1967. En esta emisora pensamos que Israel tiene derecho a existir, pero con la misma fuerza estamos convencidos de que Palestina tiene el mismo derecho y que el apoyo a su causa es importante incluso para el desarrollo de la paz a nivel mundial. A pesar de haber nacido en la tierra hoy ocupada por Israel, los palestinos han sido privados sistemáticamente de su derecho a nacionalidad. Han sido marginados, golpeados, privados de sus derechos básicos… se han convertido en víctimas sistemáticas de un Estado israelí que privilegia el empleo de la fuerza bruta sobre el diálogo. Apoyar el Estado palestino, y apoyar su reconocimiento territorial por parte de Naciones Unidas, es finalmente un servicio al propio Israel, que podría integrarse con mucha más seguridad en la zona que habita. Si bien los países árabes deben reconocer el derecho de Israel a existir, este debe dar el primer paso haciendo lo mismo con la nación palestina.
Los periódicos han resaltado también el exabrupto del presidente Chávez, de Venezuela, cuestionando la validez de la Convención Americana de Derechos Humanos y, de un modo muy explícito, de la Corte y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es evidente que Chávez está coincidiendo en su mensaje con lo que en su tiempo decía el funesto Fujimori en Perú. La actitud de Chávez es claramente condenable y muestra que la derecha y la izquierda tienden a asemejarse cuando sus dirigentes en el poder reciben críticas sobre el respeto a los derechos humanos. En nuestro propio país, tanto Arena como el FMLN han despreciado las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en casi todos los casos en que la instancia ha intervenido, como en el de monseñor Romero y en el de los jesuitas. El expresidente Flores incluso dio unas declaraciones de un estilo parecido a las de Chávez y Fujimori. Si el Estado salvadoreño hubiera seguido dichas recomendaciones, no tuviera razón de ser el caso que hoy lleva en España el juez Velasco. Pero acá en El Salvador preferimos no cumplir con nuestras obligaciones internas, y menos todavía con las que se derivan de tratados internacionales. Y después, cuando sucede algo que no nos gusta, como el caso del juez Velasco, reaccionamos con un patrioterismo tan ridículo como absurdo, muy semejante al estilo de Chávez y de Fujimori, al menos en el tema de los derechos humanos.
Otro tema que ha recibido cierta atención es la condena al periódico El Universo, de Ecuador, que deberá pagar una multa de 40 millones de dólares por llamar “dictador” al presidente Correa y negarse a desdecirse. Aunque la multa es evidentemente desproporcionada, ningún periódico tiene derecho a catalogar como dictador a un presidente elegido constitucionalmente y contra quien no se ha elevado ningún caso de destitución por violación de las leyes. Como no se puede llamar imbécil o estúpido a un ciudadano por el hecho de que le caiga mal al dueño, editor o comentarista de cualquier periódico. Quienes en El Salvador se preocupan por la libertad de prensa, que es sin duda importante para la democracia, deberían también preocuparse por los derechos de las personas a ser tratadas con dignidad y respeto. La democracia se basa en el respeto a las personas, y los periódicos deben también respetar ese valor democrático, sabiendo informar sin insultar. Una medida o una tendencia de un presidente puede ser autoritaria, pero no por ello se le puede llamar dictador, como tampoco se le puede llamar ladrón sin tener pruebas. Ni a él ni a ningún ciudadano, por mucho que no le guste a quien escribe en el periódico la opinión política de su oponente.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Evangelio del día de hoy es: san Lucas 9, 18-22

Comentario  


Hoy es habitual considerar a Jesús como uno de los grandes fundadores de una religión en el mundo, a los que se les ha concedido una profunda experiencia de Dios. Así, la palabra “experiencia” hace referencia, por un lado, a un contacto real con lo divino, pero al mismo tiempo comporta la limitación del sujeto que la recibe. Cada sujeto humano puede captar sólo un fragmento determinado de la realidad perceptible, y que además necesita después ser interpretado. Con esta opinión, uno puede sin duda amar a Jesús, convertirlo incluso en guía de su vida. Pero la “experiencia de Dios” vivida por Jesús a la que nos aficionamos de este modo se queda al final en algo relativo, que debe ser completado con los fragmentos percibidos por otros grandes. Por tanto, a fin de cuentas, el criterio sigue siendo el hombre mismo, cada individuo: cada uno decide lo que acepta de las distintas “experiencias”, lo que le ayuda o lo que le resulta extraño. En esto no se da un compromiso definitivo. Por otra parte, el contacto con Dios a través de la oración es fuente de certezas y convicciones, de actitudes y comportamientos concretos. Debemos de apartarnos como lo hacia Jesùs a orar de esta manera sabremos la voluntad que debemos realizar cada dìa y que esta voluntad sean alabar, glorificar a Dios en todo y conseguir la salvaciòn de las almas. Pidamos a Dios que nos de la luz y la fuerza para convertirnos en hombres y mujeres de oraciòn.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Introducción a la sociología

1. Explique analíticamente dentro del tema de la globalización, como proceso multifacético:
La relación global y local.



El proceso de modernización de las sociedades subdesarrolladas, llama mucho la atención en sus aspectos sociales, políticos, culturales…etc. se puede notar que se ha venido desarrollando sin lugar a duda un crecimiento económico, social y cultural en nuestros pueblos, sin embargo; también podemos ver claramente un gran numero de personas pertenecientes a determinados sectores de la población que son menos favorecidos con estos avances, en otras palabras el desarrollo que se ha venido dando en este tiempo solamente se da en un sector especifico de la población, es un crecimiento desigual al que dichos sectores deben subordinarse.

El proceso de globalización ha afectado negativamente a estos sectores sociales (medios y bajos) principalmente, sus condiciones de vida se ven afectadas por estos procesos.
Al la cultura de la pobreza le ha sucedido una cultura del dualismo social, cuyos ingredientes psico-sociales son la anomia, el fatalismo vital, y el rechazo del techo normativo que cobija a los otros dos tercios de la sociedad mas afortunados. La aceptación de una subclase creciente implica el peligro de corrupción de la moral social, si la gente acaba aceptando que esta subclase es el predio que hay que pagar por el relativo bienestar del resto y que es normal que varios millones de personas vivan de la limosna social y de los sobrantes, mientras los demás prefieren mirar en otra dirección. Esto encierra un peligro, una trampa para la sociedad cuando acaba convirtiéndose en la principal preocupación del hombre, lo que equivale a institucionalizar la desmoralización.

El problema de la globalización sobre todo en lo que afecta a sus problemas (población, medio ambiente, industrialización) es objeto de gran interés para la sociología, el método para afrontar estos problemas tiene que ser necesariamente multifacético.
Respecto al medio ambiente, se prevé una mayor deforestación y contaminación.
En cuanto a la población, la sospecha es un mundo más superpoblado.
Por lo que toca al desarrollo de la vida, si no surgen adelantos revolucionarios, la vida para la mayor parte de los pobladores de la tierra será más precaria.

No existe información fiable y completa acerca del grado en que el medio ambiente terrestre puede absorber los desperdicios creados por satisfacer los desperdicios humanos, al excesivo crecimiento y a la falta de recursos hay que añadir el factor del deterioro del medio ambiente, causado especialmente por el progresivo calentamiento de la atmósfera, por la deforestación de los bosques y los grandes agentes contaminantes.
Por otro lado si se continúan con las mismas políticas actuales, se crearan mayores diferencias entre las áreas ricas y pobres de la humanidad.
La tecnología puede ayudar, pero no es en si una respuesta a todo el conjunto de problemas que plantea el desarrollo.


 En nuestros países podemos también observar movimientos sindicales que han surgido, con la finalidad de alcanzar mayor participación de las clases menos favorecidas, organizaciones que luchan en pro del bienestar de los hombres y mujeres que a diario se ven sometidas por las personas mas favorecidas; todo esto crea un ambiente de inestabilidad, de inseguridad en los países. El grito de estos hombres se alza exigiendo ser escuchados y tomados en cuenta, pero esto no pasa de ser una utopía, se necesita hacer muchos cambios en las políticas actuales para alcanzar este sueño, donde los ricos se hacen cada vez mas ricos y los pobres cada vez mas pobre.

La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía las leyes de los países en su forma de regular el funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar trabajo a la mano de obra desocupada o ser los contratados, también pueden beneficiarse de irregularidades y debilidades subsistentes en un determinado país. Es fácil para estas empresas simplemente trasladar sus centros de producción a lugares en los cuales se les del máximo de facilidades. Es también un desafío a los proyectos de desarrollo de los países, especialmente para aquellos que están en vías de desarrollo, pues no sólo considera cualquier intervención estatal como inimica a los intereses de esas empresas sino que además asevera que la idea misma del desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal precluye la libertad individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.


















2. Explique analíticamente las tres épocas de la historia de la humanidad de acuerdo con Auguste Comte.

La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico.

Según esta ley, en el estado teológico el hombre busca las causas últimas y explicativas de la naturaleza en fuerzas sobrenaturales o divinas, primero a través del fetichismo y, más tarde, del politeísmo y el monoteísmo.
Existe una necesidad del hombre de explicar cualquier hecho mediante agentes sobrenaturales y mágicos. Este estado es de ignorancia, donde la sociedad se mantiene unida por la fe, no existen dudas ni diferencia de conceptos. Se sostenía que las sociedades obsoletas mantenían este sistema.

En el estado metafísico se cuestiona la racionalidad teológica y lo sobrenatural es reemplazado por entidades abstractas radicadas en las cosas mismas, que  explican su por qué y determinan su naturaleza.
El hombre observa su entorno, la naturaleza, tratando de contestar sus preguntas insondables mediante cuestiones científicas y divagaciones metafísicas. En este estado, existe una diferencia de conceptos, que genera una crisis política y social debido a las diferencias de interpretación en la búsqueda del significado. La única función del estado metafísico es la de disolver las creencias del teológico.  La metafísica explica la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas por medio de la biología, la química o la física. En este estado, el concepto de Dios se reemplaza por la naturaleza, como objeto de estudio.[
En el estado científico el hombre no busca saber qué son las cosas, sino que mediante la experiencia y la observación trata de explicar cómo se comportan, refiriéndolas fenoménicamente e intentando deducir sus leyes generales, útiles para prever, controlar y dominar la naturaleza (y la sociedad) en provecho de la humanidad. A este estado de conocimientos le corresponde la sociedad industrial, guiada por científicos y sabios expertos que asegurarán el orden social.

El hombre niega totalmente la razón y se amolda a la realidad, sin cuestionar ningún hecho y anulando la filosofía. Sólo existe la objetividad, pues se parte de lo que es comprobable sólo por la experiencia del individuo o de otros. Esta objetividad sólo podría ser la base de la organización social, ya que si las normas se abordaban desde un punto de vista neutral y lógico, sin cuestionar nada, la sociedad se mantendría unida, además de que las leyes serían universales.





3. Explique las diferentes teorías del contrato social y el origen del estado.
Elija y fundamente, aquella teoría que llamó su atención


Contrato social es una expresión que se utiliza en alusión a un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Se parte de la idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo por voluntad propia con el contrato social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y leyes, a las que se someten. El pacto social es una hipótesis explicativa de la autoridad política y del orden social.
Para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los derechos y deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir con el contrato.


-  El contrato social en la obra de John Locke:

La idea de naturaleza humana en Locke es cristiana: el hombre es una criatura de Dios, por lo que el hombre no puede destruir su vida ni la de los demás hombres pues no le pertenece, sino que le pertenece a Dios. El hombre tiene el derecho y el deber de conservar su vida. Así mismo, el hombre no es súbdito de ningún otro hombre, sino que es libre.
Si la naturaleza humana lleva inserta el derecho y el deber de preservar su vida, ¿para qué hace falta una comunidad? Para Locke puede darse que nadie cumpliera ese derecho y ese deber, y en caso de conflicto en su cumplimiento la naturaleza humana no cuenta con la existencia de una autoridad que lo dirimiera, por lo que la comunidad trata de suplir esas carencias del estado de naturaleza: la existencia de una autoridad que juzgue en caso de conflicto. Se trata pues de hacer un contrato que funde un orden social o civil que atienda exclusivamente a suplir esas carencias del estado de naturaleza, es decir, aplicar una justicia o una autoridad que diga, en caso de choque entre dos individuos, qué se debe hacer.
Solo una sociedad será civil o política cuando cada uno de los individuos renuncia al poder de ejecutar la ley natural. Lo ejecutará la comunidad y los órganos de la comunidad. En el estado de naturaleza es cada individuo quien juzga las leyes de la naturaleza. En la sociedad civil, por el contrario, es una autoridad, un juez, quien las juzga y quien dictamina quién se ha saltado las leyes. Y esa autoridad ha de ser un parlamento que represente al conjunto.


-El concepto de contrato social de Thomas Hobbes
Hobbes se plantea la figura del poder, por qué debe existir y cómo ha de ser. Para responder a estos interrogantes la figura del contrato social es clave. Si para Aristóteles el orden político es una continuación del orden natural, para Hobbes el orden político es el resultado de un contrato por el que se fundamentan las bases del poder. Para Hobbes, si a lo último básico y fundamental a lo que se puede reducir la naturaleza humana es a un instinto de conservación, y la naturaleza humana no hace distinciones sociales y políticas, por tanto, los hombres son iguales por naturaleza. La naturaleza humana es un instinto de conservación que cada uno tiene derecho a conservar; pero la consecuencia de ese derecho es un enfrentamiento entre los hombres, es decir, la guerra. Por tanto, ya que no hay norma que regule la convivencia entre los hombres, es necesario crear un orden artificial. Para ello, nadie puede quedarse sin ninguna partícula de libertad, entendida ésta como la posibilidad de hacer lo que se quiera para conservarse, pues se volvería al orden natural.
- El contrato social de Rousseau
Descarta que el vínculo se halle en la fuerza o la sumisión, sino que por el contrario, los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural inocencia para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social. Este consentimiento voluntario se materializa a través de un contrato, "el contrato social" en este caso.
Para Rousseau, el hombre primigenio es un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos: el amor de sí, es decir el instinto de autoprotección, y la piedad ,pero a medida que va creciendo la población se van juntando grupos, esa unión crea falsas necesidades, para cubrirlas el hombre inventa la agricultura y la ganadería, pero cuanto más tiene el hombre más desea, y ciertas personas acumulan riquezas, éstos sufriendo por sus vidas y por sus riquezas debido a los recelos creados promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico.






¿Que es orar?

v      Orar no es solo pensar en Dios; eso es igual a encasillar a Dios en nuestro pensamiento; haciéndole a imagen y semejanza nuestra. Yo ...