viernes, 23 de septiembre de 2011

El itinerario de la mente a Dios

Las cosas sensibles nos permiten conocimiento y contemplación de Dios, estas entran en nuestra alma por medio de nuestros sentidos corporales a modo de aprehensión, delectación y juicio de lo sensible. Existen según San Buenaventura un mundo de seres generadores, un mundo de seres generados y un mundo de seres que gobiernan a entrambos.

El hombre absorbe por medio de sus sentidos todo el conocimiento que existe en el mundo sensible llevándonos así al conocimiento de la causa; así por la aprehensión nuestra alma es dotada de conocimiento desarrollando nuestra estructura cognoscitiva a una mas compleja lo cual nos permite acercarnos mas a lo sensible.

En seguida se llega a la delectación, lo que se percibe por os sentidos puede deleitarlos por su forma, olor, textura etc. Penetrando en nuestra alma la cual realiza un proceso de juicio, del porque esta cosa deleita, si es negativo o positivo, si es saludable o nocivo. Esto entonces se averigua por medio de la razón la cual abstrae la especie sensible de la cosa recibida por los sentidos y la hace entrar en la potencia intelectiva.

Entonces este mundo sensible tiene acceso al alma por medio de los sentidos corporales conforme a los tres procesos anteriores.
También conforme a estos tres procesos se pede llegar o mas bien se puede recibir el conocimiento de Dios.

Otro punto es las criaturas de este mundo sensible significan las perfecciones invisibles de Dios, El es el origen, el ejemplar y el fin de la creación y porque todo efecto es signo de la causa, toda copia lo es del ejemplar en consecuencia este reflejo exterior nos dispone a entrar de  nuevo en el espejo de nuestra alma en el que relucen las perfecciones divinas pero no se van a ver ahora simplemente con los ojos de la carne sino con los ojos de la razón, luego nuestra inteligencia no llega por análisis al conocimiento de los seres creados,  a no ser ayudado del conocimiento del ser purísimo, completo y absoluto el ser donde se encuentran las razones de todas las cosas en su puridad así nada puede ser enseñado sino por ella y uno solo puede ver la verdad que esta enseña.

Más entonces esta verdad reforma el alma por las delectaciones de los sentidos espirituales  como ninguna otra pues no hay otra cosa superior a la mente humana sino aquel que la hizo. Ahora bien de la memoria nace la inteligencia como sucesión suya y de la memoria y de la inteligencia se exhala el amor como nexo entre ambas.
La mente generadora, verbo y amor están en correspondencia con la memoria, inteligencia y voluntad.


Toda filosofía es natural, racional o moral. La primera se trata de la causa del existir y por eso lleva a la potencia del padre, la segunda de la razón del entender y por eso lleva a la sabiduría del verbo y la tercera del orden del vivir y por eso lleva a la bondad del espíritu santo. Por eso nuestra mente irradiada y bañada en tantos esplendores  puede ser conducida por la consideración de si misma a la contemplación de aquella luz eterna.

Entendemos dos modos de contemplar las perfecciones divinas:
La primera fija el aspecto del alma en el ser dando a conocer que el que “es” el primer nombre de Dios; el segundo fija el aspecto del alma en el bien dando a conocer que el bien es el primer nombre de Dios, el ser que “es” tan ciertísimo como de que no puede pensarse siquiera que no existe.




Comentario:


Entonces el conocimiento humano esta garantizado por la luz intelectual que es la verdad (adecuación del intelecto), el conocimiento intelectual va a estar sostenido por un conocimiento sobrenatural. Afirma que todas las cosas existen en virtud de un ejemplar, que es cristo en consecuencia entiendo que la vedad no es otra cosa mas que la misma fe en la verdad revelada,

Todas las criaturas son huellas de Dios, por tanto toda criatura puede volver nos hacia Dios esto significa que hay una relación estrecha entre la criatura y Dios.  El hombre no solo va a ser imagen de Dios sino que es capaz de Dios pues posee inteligencia, en realidad es un itinerario desde y hacia la divinidad.
Ahora el ser en cuanto a luz es bello, el ser es una cosa en cuanto a ser que es luz: el ser es objeto, realidad, existe o posee la existencia, además el ser es verdadero o verdad, nada hay bueno sino el ser y así no hay nada mejor que las cosas sean pues cuando son pueden desarrollar su perfección.


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