viernes, 23 de septiembre de 2011

Nietzsche y la colonialidad del poder

La colonialidad es uno de los elementos constitutivos y específicos del patrón mundial del poder capitalista. Se impulsa en la clasificación racial/étnica de una sociedad. 
En este sentido el poder de decisión esta en manos de cierto grupo de personas que dirigen las mismas a favor de ellos. La separación de las clases da como origen la marginación y exclusión de otros grupos (proletariado) que no deciden por ellos mismos hacia donde van a dirigir sus vidas sino que se someten a la voluntad de los ricos, quienes establecen las normas de conducta, el trabajo que van a desempeñar y además que los clasifican en el orden social de acuerdo a su situación político-económica; las sociedades adoptan la manera de pensar de los ricos, de los mas poderosos porque no tienen el suficiente poder de decidir por ellos mismos.
Lo real, lo justo, lo humano, la verdad… son establecidas por las partes que dominan el poder de decidir que es lo bueno, de acuerdo con Nietzsche todos estos valores son puramente humanos, donde es el interés el que cuenta y como en esta sociedad es dividida de acuerdo a los intereses de los ricos, implica que el conocimiento en una sociedad no es construido por todas las personas sino por aquellos que someten la voluntad de los mas débiles.
Si hablamos de que el conocimiento es una construcción humana y que responden a las necesidades o interese de las personas ¿Por qué el pobre debe someterse a la voluntad de otros siendo estos artífices de su propia historia? El sometimiento la exclusión de los pobres es claro ejemplo de lo mal orientada que tenemos la historia de nuestros países en America Latina, hemos optado por aceptar según Nietzsche las verdades impuestas por otros y nos volvemos no mas que repetidores de teorías, en consumidores, nos conformamos y no vamos mas allá de lo que nos establecen como norma de verdad, si seguimos la teoría de Nietzsche tanto el pobre como el rico son constructores de la historia y pueden por tanto ser directores de su propia vida, lo que es bueno, malo para ellos, la manera de pensar, ver y vivir la vida sin mediación de otras personas sin embargo somos conformistas.
Al permitir que se desarrolle esta relación social de explotación, dominación, permitimos también la consolidación de esta colonialidad. En esta perspectiva el proceso de construcción humana del conocimiento de Nietzsche toma nombre “ricos/burgueses”, el burgués construye conocimiento, el pobre aprende, lo cual nos lleva a la definición de poder de Hobbes donde se trata de una autoridad acordada por individuos de la sociedad, en respuesta a la necesidad de un orden social, se cede la voluntad de decisión al soberano que este sentido será el rico.
 Nietzsche desecha la idea de seguir unas normas de conductas impuestas por las personas que poseen el poder (decisión, establecer verdades, conocimiento), las personas deberán actuar para aspirar a este poder, no se vive en libertad siguiendo una moral de manera servil, hay que tener la necesidad de ser fuerte, (y conquistarlo) de lo contrario este no es nunca fuerte, nunca es libre, Nietzsche entiende la libertad como algo que se tiene y no se tiene, que se quiere, que se conquista.[1]

En este sentido entre ambas clases o grupos no existe comunicación alguna puesto que el que posee el poder, limita al oprimido; obstaculizar la comunicación equivale a transformar a los hombres en objetos.

Muchas veces los oprimidos en vez de buscar la liberación en la lucha y a través de ella, tiende a ser opresores también o sub-opresores. La estructura de su pensamiento se encuentra condicionada por la contradicción vivida en la situación concreta, existencial en que se forman. Si ideal es, realmente ser hombres pero para ellos, ser hombres en la contradicción en que siempre han estado y cuya superación no tienen clara, equivale a ser opresores. Esto no quiere decir que el hombre en este caso no se sepan oprimidos, sino que su visión de hombre nuevo es individualista. Su adherencia al opresor no les posibilita la conciencia de si como persona, ni su conciencia como clase oprimida.
En un caso específico quieren la reforma agraria, no para liberarse sino para poseer tierras y con estas transformarse en propietarios o en formas más precisa, en patrones de nuevos empleados.
Nietzsche al ver como una condición humana el proceso de conocimiento nos da una valiosa manera de comprender las situaciones sociales, de hacer un análisis critico de ellas, de transformarlas, de crear, ciertamente centrándose en el marco social que es fruto de la construcción de hombres que han buscado dar un orden al medio social en el que nos movemos.

De acuerdo con Nietzsche  todas estas situaciones se dan por medio de ejes hegemónicos que instauran en la sociedad normas de conducta que las personas deberán adoptar para poder participar de ella; el problema aquí seria que desde este sentido el poder solamente esta en manos de unos pocos y lo que llamamos verdad será ajeno a los demás puesto que su verdad es relativa con respecto a la realidad que vive, no es capaz de instaurar sino que su verdad se subordina a la de los mas poderosos. En otras palabras este sujeto vive la verdad, la realidad de otros por el hecho de que en la estructura social no tiene suficiente peso para poder decir.
Esto es lo que esta pasando ahora mismo en nuestros países latinoamericanos, principalmente en Centroamérica donde fueron las armas las que tuvieron la ultima palabra, pues su voz no fue nunca escuchada; esta situación se actualiza cada día, solo que se disfraza haciendo creer que somos tomados en cuenta cuando la realidad es que los beneficios de todas las actividades políticas favorecen a un grupo reducido, nos invaden sin armas y les abrimos la puerta, les llamamos amigos, pero en realidad vienen a saquear nuestros países haciéndolos cada vez mas pobres, todo viene siendo lo que Nietzsche  había descubierto como construcción humana, pero no es que esta gente quiera ser pobre sino que existe un interés, un interés que va a favorecer las personas que tienen el dominio, todo es cuestión de mercado.


[1] Nietzsche. F. “El ocaso de los ídolos”
pp. 444.

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